JOSÉ IGNACIO BARRERA MATURANA

 

ENTREVISTA A

JOSÉ IGNACIO BARRERA MATURANA

Fernando Figueroa, diciembre 2022.

José Ignacio Barrera Maturana

José Ignacio Barrera Maturana es profesor sustituto interino del Departamento de Historia del Arte de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Granada. Licenciado en Historia Medieval y doctorado en Historia y Artes en 2017 con la tesis Grafitos históricos en la arquitectura doméstica granadina, siglos XVI-XVIII: Documentación, estudio y catalogación, calificada con sobresaliente cum laude. A lo largo de los años se ha especializado en el estudio de grafitis medievales y modernos y ha sido pródigo en estudios en el contexto granadino. Tuve conocimiento de él gracias al investigador y escritor de graffiti Ramón Pérez Sendra y me alegró mucho, gracias a ello, encontrar un blog en español especializado en este campo de estudio: El Grafito Histórico.

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Hola, José Ignacio. En primer lugar gracias por prestarte a esta entrevista y permitir, a través de tus palabras, que conozcamos mejor las complejidades de este tipo de estudios y las motivaciones que hay detrás del grafiti como fuente histórica. Ahora, para empezar, cuéntame: ¿por qué te interesaste por la arqueología, la Edad Media y, en concreto, por los grafitos? ¿Te atraía todo ello ya desde la infancia o hubo algún episodio vital concreto o giro formativo que te hizo aficionarte a ello?

Hola Fernando, gracias a ti por pensar en mí y ofrecerme la oportunidad de poder difundir aún más el mundo de los grafitis o grafitos históricos. La verdad es que creo que desde pequeño ya me atraía la Edad Media. Recuerdo, ya que estamos en época navideña, de pedir a los Reyes Magos el famoso Exin Castillos y otro juego que traía soldados árabes que luchaban contra turcos, es decir, la Edad Media y lo «islámico» me fascinaba, debido con toda seguridad a que nací en el Albaicín y tanto mi infancia como mi juventud las pasé en el barrio. Me resultaban muy atrayentes y misteriosos los aljibes, los arcos, las murallas del barrio que casi a diario veía y, además, el poder contemplar desde mi casa la mismísima Alhambra. Y todo eso influyó para que me decidiera por estudiar Historia Medieval y adentrarme así en el mundo de la arqueología medieval. Por entonces, hablo de segundo de licenciatura, mi idea era dedicarme al estudio de la cerámica andalusí, sin embargo, mi participación en una serie de campañas arqueológicas en la Sierra de los Filabres (Almería) me dio la posibilidad de descubrir los grafitos históricos y, en ese momento, surgió la chispa que prendió mi interés por este tipo de manifestaciones.

¿Cuál es la tipología que más te fascina: la carcelaria, la doméstica, la de viajeros…?

Realmente cada tipología tiene su atractivo o interés, ya que todas nos dan información de las personas del pasado, de esos, generalmente, desconocidos que dejaron en muros, columnas, maderas, etc. sus mensajes escritos o dibujados. Quizás, sí que tengo una cierta predilección por los grafitos existentes en espacios domésticos, y han sido estos en los que más he profundizado con mis estudios y tesis doctoral. Es muy bonito intentar saber qué nos dicen esos grafitos que vemos en el interior de los muros de las casas antiguas, conocer su relación con los espacios donde se encuentran, ver si aclaran algo más de la función del espacio donde se ubican, preguntarse si fueron hechos por hombres, mujeres o menores, qué nos trasmiten, etc.

Portada de la tesis doctoral de José Ignacio Barrera Maturana, defendida el 2 de junio de 2017.

¿Crees que la consideración patrimonial de conjuntos grafiteros refleja efectivamente la sensibilidad de los historiadores hacia la historia en minúsculas, la de las poblaciones en general, su cosmovisión y sus hábitos cotidianos?

Sí, por supuesto. Afortunadamente cada vez son más los historiadores, y no sólo estos, sino también otros profesionales (arqueólogos, arquitectos, restauradores…), que se muestran más sensibles ante la presencia de estos motivos a la hora de una intervención y toman partido para que sean documentados y conservados considerándolos como otros elementos patrimoniales más de interés histórico, como auténticos documentos históricos que ofrecen un valor añadido y aclaratorio del bien intervenido.

¿Qué género de informaciones pueden suministrarnos estas expresiones? Quiero decir, ¿su análisis nos permitiría obtener una panorámica general, rica y diversa del pensamiento y la vivencia de una época en un determinado contexto?

Claro que ofrecen una interesante información según contexto y época. Por ejemplo, el caso de los grafitos estudiados en mi tesis, existentes en espacios domésticos entre los siglos XVI y XVIII, ya nos pone de relieve que en esas casas se escribía y dibujaba en las paredes muy frecuentemente, no existía la idea del decoro que actualmente tenemos, con paredes limpias y pulcras que, ante el más mínimo rayón, se pintan o arreglan; o también, los muchos grafitos documentados en las paredes de las galerías altas de los patios de estas casas nos indican que esas galerías no eran, como hasta ahora se consideraba, zonas sólo de tránsito, sino que en ellas posiblemente se hacía una vida más continuada; o la presencia de grafitos en letra castellana, trazados en la muralla nazarí del Albaicín cuando esta se construía a mediados del siglo XIV, nos indica la participación en esa obra de cautivos cristianos, más cuando en esas inscripciones se hace referencia a los mismos; y así podríamos enumerar muchos casos.

Me intriga saber si en las excavaciones de urgencia se considera el análisis del grafiti que pueda haber.

En cualquier excavación, sea de urgencia o sistemática, se han de analizar todos los datos que estas ofrezcan, ya sean artefactos, pavimentos, derrumbes, fosas, muros y, por supuesto, los materiales con que todos ellos están construidos. Uno de esos materiales serían los revocos de cal o yeso que recubren esos muros, que son los que conservarían grafitos (incisos, pintados, impresos…). Por tanto, es obligatorio analizar esas superficies para constatar o no su existencia. En caso de que existieran, podrían aportar información sobre el soporte, el momento en que se ejecutaron, quiénes fueron sus autores, circunstancias por las que se trazaron, temática, etc., informaciones que servirían para entender, aún más si cabe, el elemento excavado. Todo ello depende, como ya pudo verse antes, de la profesionalidad del arqueólogo. Hay muchos casos en los que en los informes de excavaciones se incluye una simple fotografía o dos líneas de texto sobre un grafito descubierto sin profundizar en nada más. Por ejemplo, se dice «hay un barco pintado en tal o cual muro» y ya está.

¿De qué manera podría ser determinante su presencia para dar entidad patrimonial a un vestigio, no sé, por representar un acontecimiento histórico singular? Aunque, me inquieta saber si se aplica cierto sentido del decoro, quiero decir: a lo mejor se puede admitir que permanezca el grafiti en un ámbito carcelario, pero no en uno palaciego, por ejemplo. ¿No se jugaría en esos casos con una interpretación de «lo propio» presa del prejuicio?

Sobre el que permanezca o se conserve un grafito en un ámbito carcelario y no en uno palaciego, bueno, no te digo que se haya actuado en épocas pasadas de ese modo, existían otros conceptos patrimoniales de conservación. Actualmente, ya sea en un calabozo, en una muralla o en una rica sala de un palacio decorada incluso con frescos, se suelen conservar los grafitos durante los procesos de restauración. Por ejemplo, en las propias estancias del Vaticano existen grafitos incisos sobre las pinturas de Rafael que realizaron las tropas de Carlos V; en la Alhambra, en el Peinador de la Reina, se han conservado en las recientes restauraciones de sus pinturas murales del siglo XVI los muchos grafitos incisos que se trazaron durante los siglos XVIII y XIX; o, en la Casa de los Tiros de Granada, podemos ver grafitos incisos sobre las grisallas del siglo XVI porque también se han conservado.

No dejamos de mirar un trozo de existencia humana, un fragmento de intimidad que resiste el paso del tiempo al observar un grafiti. ¿Te has llegado a sentir un intruso o tentado a completar el diálogo que se establece más allá de las barreras del tiempo?

Sentirme como un intruso al leer una serie de mensajes la verdad es que sí, ya que eran mensajes trazados por algún autor para que los leyesen otras personas de su misma época y en ese momento concreto del pasado, y que ahí quedaron olvidados en el muro para que mucho tiempo después llegase un extraño, el estudioso de grafitos históricos, y los volviera a leer y no sólo a leer, sino a hacerlos públicos. ¿Tentado a completar unos grafitos históricos? Jajaja, no, a tanto no llego. Y no llego porque considero a los grafitos históricos como auténticos documentos históricos, que es cómo se deben considerar, por lo que deben ser respetados y conservados. Una inscripción o un dibujo en el muro, ya sea del siglo XIV, XV, XVI, XVII, XVIII, tiene el mismo valor que los documentos que encontramos en los archivos. La diferencia está tan sólo en el soporte: uno está en el revoco de yeso de un muro y otro sobre papel, y a nadie hoy en día se le ocurre escribir sobre un legajo del siglo XVI de cualquier archivo, además de que eso sería un delito.

¿Qué hay de trascendente en el deseo de dejar una huella de la existencia de alguien? ¿Has percibido en algún caso el deseo del autor de que se le escuche años ha, después de que se haya muerto, esa fantasía de proyección y recepción?

El que una persona escriba su nombre en el muro es la única manera que tienen los «desconocidos», los «no importantes» de la Historia, de dejar constancia de su paso por ella frente a reyes, nobles, etc. Es un hecho que, al menos por los grafitos que he podido documentar y estudiar, se remontaría al siglo XVI. Creo que, tanto en los del siglo XVI como en los del siglo XX, los autores dejan sus nombres escritos en los muros con el mismo deseo, el de ser leídos años ha, como bien dices. Por ejemplo, uno, el más antiguo, dejó escrito su nombre y apellido, procedencia y las fechas en que estuvo en Granada en dos ocasiones: «Bino a e[st]a çiudad [myguel] de aguilar / a IIII [dí]as de março de 1588 / vecino de la villa de paestrana (Pastrana) /myguel de aguilar»; y otro, el más moderno, lo hizo así de explícito: «Granada 8 de Enero del 1947 esto lo escribe el Artillero 2º Indalecio Rodriguez como recuerdo para el dia de mañana». 

¿Crees que el aspecto emocional debe repercutir junto a criterios más objetivos en la consideración de la conservación de un grafiti?

Se deben conservar todos los grafitos históricos siempre que se pueda, claro, y por tanto no caben aspectos emocionales o estéticos. Tan importante puede ser una simple cruz o un contador, como una inscripción o el dibujo de un barco con todo lujo de detalles. Cada tipo de grafito va a ofrecer una información diferente o complementaria si aparecen asociados.

A lo largo de tu trayectoria ¿te has encontrado con algún grafiti con una información relevante a ojos de historiador? 

Sí ha habido algunos grafitos que, a mis ojos de historiador, considero «relevantes» dependiendo también del campo de estudio. Por ejemplo, los grafitos ya referidos de cautivos cristianos participando en las obras de la muralla nazarí del Albaicín confirman la participación real de los mismos, idea esta que flotaba en el aire y que procedía de leyendas o de la tradición oral; u otro ejemplo, el grafito de parte del alifato (abecedario árabe) que descubrí trazado en la pared de una casa del siglo XVI del mismo barrio. En opinión de algunos autores este tipo de alifatos, trazados generalmente sobre escápulas de animales, parecían remitir a un uso pedagógico, servirían de guía para ejercicios mnemotécnicos de los alumnos de escuelas coránicas, mientras que para otros autores estos grafitos pudieron tener una función profiláctica o mágica. Para el caso albaicinero, la balanza se inclinaría más bien hacia la segunda hipótesis, además de constituir, hasta ahora, el único ejemplo de ese tipo hallado como grafito en un muro. Y así podría ponerte otros tantos ejemplos.

¿Y ha habido alguno que te haya emocionado, tocado la fibra en especial por la cuestión que sea?

Este grafito en concreto me «tocó la fibra», no tanto emocional, pero sí por lo interesante que se mostraba y porque, además, confirmaba aún más la interpretación que ofrecí de la figura sobre la que está trazado, que es otro grafito que representa a una mujer morisca dado el atuendo que viste.

Grafito inciso. Mujer morisca danzando y alifato sobre uno de los chapines que calza. Casa de C/ San Martín, 16 (Granada).

¿Qué cualidades, capacidad o predisposición principal debe tener un estudioso del grafiti?

Desde luego el estudioso del grafiti debe ser al menos un historiador, un arqueólogo o un restaurador, que tenga conocimientos de la historia y, no cabe duda que también, interés por la conservación del patrimonio y, más si cabe, por este tan frágil y tan poco valorado.

¿Cómo se acerca el alumnado de Historia al grafiti como objeto de estudio? ¿Lo aprecia como podría apreciarse la correspondencia postal o las obras de arte, por ejemplo?

Mi experiencia directa con alumnos se ha limitado a impartir algunas clases en distintas asignaturas de máster y grado de la Universidad de Granada, pero siempre como algo esporádico e invitado por el profesor de la asignatura o por el coordinador del máster, ya que mi trabajo hasta ahora ha sido como investigador independiente y autónomo. En ese contexto, la respuesta de los alumnos en esas clases evidenció su desconocimiento total de la existencia de los grafitos históricos; siempre creían que es un fenómeno actual. Mi intención actualmente, en estos primeros pasos como profesor de la Universidad de Granada, es intentar darles a conocer este patrimonio.

¿Podemos considerar, por tanto, que a nivel popular tampoco se conoce mucho de esta utilidad? Entiendo que abriste tu blog como un medio para visualizar tu faceta profesional. la valía del grafiti como fuente de información y porque no había prácticamente nada en Internet. 

Efectivamente, a nivel popular no sólo no se conoce la valía del grafiti como fuente de información, sino que se desconoce la existencia de los mismos grafitos. Hablo a nivel muy muy general, aunque está claro que poco a poco se van conociendo más, de ahí mi continuado interés por difundirlos en el blog y en las redes sociales para que llegue a un público más amplio.

Sabiendo que hay seminarios o congresos dedicados específicamente al grafito histórico, ¿Crees que es un campo de estudios normalizado en la esfera académica más allá del auxilio arqueológico o no obtiene el mismo crédito que tienen otros archivos de la memoria escrita?

No es un campo normalizado en la esfera académica «general», si bien es cierto que en algunas universidades hay grupos de investigación que se dedican al estudio de los grafitos históricos, caso de la Universidad Rey Juan Carlos, o los tienen muy en cuenta en sus líneas de investigación, como en la Universidad de Alcalá de Henares. Así mismo, poco a poco comienzan a surgir trabajos de fin de máster y tesis sobre el tema.

Conferencia en Granada en 2018.

Chantel Summerfield realizó hace años un fascinante estudio sobre los arboglifos grabados por soldados en campos de entrenamiento y el frente durante las Guerra Mundiales, que luego cotejó con el estudio de su correspondencia. Esto hace ver las grandes posibilidades de originalidad que tiene este campo de estudio incluso en fechas contemporáneas. ¿Crees que falta imaginación o ambición a la hora de abordar el tema fuera de lo típico o tópico?

Bueno creo que poco a poco se van haciendo estudios de grafitos históricos donde se cotejan los datos plasmados en los muros con la información existente en archivo. En esa línea se han realizado, por ejemplo, interesantes trabajos sobre grafitos de época napoleónica en Mallorca; o de los siglos XVIII, procedentes de un cortijo de Lorca; o sobre numerosos grafitos de presos en tiempos de la Guerra Civil Española. Actualmente trabajo sobre un conjunto de grafitos existentes en la Fortaleza de Isso (Hellín, Albacete), donde figuran numerosos nombres con apellidos de personas de finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX que estoy cotejando con diversos padrones y documentos de la época del Archivo de Hellín. Pero sí, te doy la razón en que es necesario desarrollar trabajos con nuevos enfoques y que no se limiten simplemente a exponer tales o cuales grafitos históricos sin ir más allá. Sin embargo, pienso que esa falta de nuevos enfoques no sólo se debe achacar a una falta de imaginación o ambición por parte de los estudiosos, también se debe a la imposibilidad de poder hacer un trabajo más amplio ante la falta de financiación; te lo digo desde la propia experiencia. Puedes tener muchas ideas maravillosas, pero si no dispones de financiación para ejecutarlas y si, para colmo, te supone un desembolso económico personal del que no dispones, pues esas ideas se quedan en el aire.

¿Cómo podemos diferenciar entre grafiti histórico y grafiti contemporáneo?

La pregunta se puede responder según el caso y el contexto. Normalmente si los grafitos están trazados en los muros interiores de un edificio histórico, un análisis de esos muros e incluso de las distintas capas, primero de pinturas o encalados y después de los revocos de yeso o cal que hay debajo de las primeras, ya nos ofrecerían distintas cronologías. Y son esas pinturas y revocos los que contienen los grafitos. Hay que fijarse en la temática que ofrecen: en el caso de existir grafitos epigráficos, estos ya te dan una clara aproximación a la cronología, según el tipo de letra que muestran, el mensaje expuesto, etc.; en el caso de motivos figurativos, pues un análisis detenido de la propia iconografía también aporta la información necesaria para acercarnos a su cronología. La pátina, por ejemplo, que ofrece un grafito inciso trazado en el pasado es muy diferente a la que muestra un grafito contemporáneo. El material con el que se traza un grafiti pintado también ofrece una cierta cronología, por ejemplo, un grafito pintado a lápiz ya nos sitúa en un contexto contemporáneo.

¿Cuándo un grafiti pasaría a adquirir un valor histórico sin lugar a dudas?

Eso es algo ya más complejo de establecer. En mi opinión, creo que un grafito adquiere un valor histórico cuando podemos ver claramente que ciertos documentos o bienes muebles de la misma época en la que se trazó ya se consideran elementos patrimoniales cargados de valor histórico. Me explico. Por ejemplo, si la documentación gráfica de la Transición Española considerada como un periodo histórico más de nuestro país, ya sean fotografías, carteles, propaganda electoral y un largo etcétera, se considera ya un material histórico que figura depositado en archivos, bibliotecas y colecciones de instituciones, y que está catalogado, conservado para su consulta por los ciudadanos, incluso por Internet, ¿por qué no se va a considerar también histórico un grafiti o pintada de ese mismo periodo histórico que se conserve en un muro? Es el caso de la firma de Muelle en Madrid o de murales u otras pintadas políticas de la época, de los cuales, por desgracia, quedan ya muy pocos ejemplos en los muros de nuestras ciudades.

Con la pregunta anterior me vino en mente la polémica de los grafitos del Reichstag y que no llegó a resolver que tuviesen un valor histórico que los hiciese intocables. Si se conservan es por otro cauce ligado al derecho de autor de los arquitectos que rehabilitaron el edificio, Foster+Partners. Sin duda, intervienen discursos ajenos al distanciamiento y aprecio que pueda tener un arqueólogo o un historiador. En fin ¿la perduración física del grafiti histórico está expuesta siempre a las suspicacias de índole estética, moral o ideológica que pueda despertar entre quienes depende dictaminar su conservación?

Imagino que si pueden existir ciertas suspicacias de índole estética, moral o ideológica entre quienes depende dictaminar la conservación o no de ciertos grafitos, pero creo que por regla general los historiadores, arqueólogos y restauradores que son o deben de ser auténticos profesionales en su materia que estudian o intervienen en un edificio donde existen, por ejemplo, grafitos históricos en los que se representan escenas sexuales o grafitos y pintadas políticas de clara exaltación franquista, no se dedican a censurar y eliminar aquellos grafitos que incomoden, sino todo lo contrario.

Menos mal que ahora hay una gran diversidad de medios de registro analógicos o digitales que van más allá del dibujo o el calco de antaño, aunque… ¿Esto no hace que aumente el riesgo de que se vea aceptable la eliminación física, más si hay una visión idealizadamente pulcra de la arquitectura o el paisaje urbano de antaño?

No creo que la documentación, ya sea con calco o con la tecnología más puntera dé lugar a la eliminación de grafitos históricos de los muros, al menos de los edificios históricos catalogados como bienes culturales o incluso BIC. Además, los profesionales que utilizan estas nuevas tecnologías pueden confirmar la existencia de grafitos históricos en lugares que a simple vista resulta difícil verlos o prácticamente no se aprecian. Con la documentación generada con esos medios, pueden demostrar ante la institución o administración correspondiente la necesidad de proteger un muro, las jambas de una portada, etc., por la importancia de los grafitos que contienen y, de este modo, llegar a proteger ese elemento arquitectónico.

Proceso de documentación de los grafitos de la Almunia de Darabenaz (Granada). Galera con inscripción árabe. Siglo XVI.

Aparte de tu tesis doctoral, por supuesto, ¿de qué proyecto te sientes más orgulloso o satisfecho? Te confieso que me encantó tu estudio sobre el grafiti en la fachada de la antigua prisión provincial de Granada y la tapia del cementerio de Granada, o el estudio del grafiti de presos en la Alhambra durante los siglos XVIII y XIX, publicado en De Arte.

Gracias Fernando, me alegro que te gustaran esos trabajos. El estudio de los grafitos de la tapia del cementerio de San José resultó ser algo bastante emotivo, lógicamente por la carga trágica y dramática que en sí tienen. El hecho de visitar una y otra vez el lugar, de releer los datos históricos, de ver los impactos de balas en la tapia, etc., eso hace que revivas mentalmente esos hechos y resulte algo duro y a la vez emocionante. Es mi grano de arena que contribuye a la recuperación de la memoria histórica de más de 4000 fusilados en esas tapias durante la Guerra Civil Española y la posguerra. Pero quizás, un proyecto del que me siento bastante orgulloso sea el realizado sobre los grafitos y marcas de cantería en cuatro edificios históricos de la Universidad de Granada. Documenté un total de 570, que van desde el siglo XVI hasta 1980. Muy interesantes resultaron los hallados en la Facultad de Bellas Artes, antes cuartel, que versan sobre la vida cuartelera durante la Guerra Civil Española y, sobre todo, los años 40 y 50. Pero aún más interesantes fueron varios grafitis documentados en el entorno del Hospital Real, realizados durante la Transición Española. Mi intención, al incluirlos en este estudio, era otorgarles el valor patrimonial e histórico que tienen y, por tanto, la necesidad de conservarlos y estudiarlos.

Tienes una dilatada producción de artículos científicos, ¿cuáles nos recomendarías y por qué? También, recomiéndanos algún artículo o libro ajeno sobre el tema.

Sobre mis artículos, no sabría cual recomendar, pero creo que a ti también te pasará, al menos a mí me ocurre, que, una vez ya se publican y pasa cierto tiempo, pienso «no tenía que haber escrito este párrafo» o «tenía que haber matizado esto o lo otro», así que no suelo leerlos después porque en ocasiones hasta me enfado conmigo mismo, jajaja. Por tanto y como arriba pusiste la dirección de mi blog en el que se pueden leer los trabajos, pues que cada cual elija. Y, por respeto a los pocos investigadores que nos dedicamos al tema de los grafitos históricos, tampoco aconsejo ninguna obra en especial, todas ofrecen algo interesante.

Publicaciones en Anaquel de Estudios Árabes, vol. 18, 2007, UCM, y en Cuadernos Técnicos de Patrimonio, 10, 2019, UGR.

No se si procede entonces preguntarte por cuáles son a tu juicio los principales expertos del grafiti histórico hoy en día dentro o fuera de España o los que más admiras. Aunque igual sí cuáles son tus referentes o libros de cabecera en este ámbito.

Tampoco te puedo decir tal o cual investigador ni obra. Como ya he comentado antes, creo que no sería justo, además se enfadarían conmigo y no quiero que eso ocurra, jajaja. Somos amigos y colegas desde hace ya mucho tiempo. En el campo de estudio de los grafitos históricos en España, realmente somos muy pocos los que nos dedicamos al tema. Bien es cierto que unos llevamos muchos años trabajando sobre los grafitos, otros se incorporaron después y ahora hay una nueva generación de alumnos y de investigadores que comienza a tratar esta temática de estudio. Para mí, tampoco hay unos referentes o libros de cabecera concretos, todos han aportado un grano de arena a esta disciplina. Un humilde artículo puede ofrecer unas ideas innovadoras o te hacen reflexionar sobre un aspecto que antes no tenías en cuenta; y un gran monográfico lo mismo no innova nada especial, pero sin embargo, tan solo por el hecho del esfuerzo que hay detrás para descubrir, documentar, interpretar y recopilar un extenso catálogo de grafitos ya lo hace indispensable.

¿Tienes en mente publicar en el futuro algún libro especializado en el grafiti histórico o contemporáneo, ahora que parece que se ha normalizado la edición de libros sobre grafiti?

La verdad es que sí me gustaría publicar un libro sobre grafitos históricos. Quizás la tesis incluyendo nuevos casos descubiertos, o un libro que recogiera todos los grafitos de Granada de manera general, pero es algo que aún no tengo bien decidido, ni cuándo.

Me ha sorprendido ver la cobertura mediática que ha tenido tu actividad, en especial en el ámbito de Granada. ¿Hay una sensibilidad local especial sobre estos temas?

No hay a nivel local una cierta sensibilidad sobre este tema, lo que hay son personas y profesionales concretos que sí se han interesado, que son más sensibles y reconocen el valor patrimonial de los grafitos históricos, y que, tras conocernos y exponerles mi línea de estudio, desde el principio me han apoyado y han apoyado cualquier iniciativa al respecto. También, siempre intento difundir lo máximo mis trabajos, cuya lectura es accesible en Internet, y darlos a conocer a la gente de la calle, con visitas, charlas, etc., porque los que nos dedicamos al Patrimonio Histórico realmente somos unos meros intermediarios entre ese patrimonio y la ciudadanía. Nosotros los conservamos, estudiamos y difundimos para el disfrute de los ciudadanos, que son los verdaderos herederos de ese legado.

Por cierto, ¿a qué achacas que haya tantos estudiosos del grafiti en Granada, es un marco estimulante en ese sentido?

En relación al campo de los grafitos históricos, pues lo achaco a mi interés particular por realizarlos, porque realmente son contados con los dedos de una mano los llevados a cabo por otros autores en Granada. Sin embargo, sobre el graffiti actual sí es cierto que se están realizando numerosos trabajos (publicaciones), sobre todo por nuestro amigo común Ramón Pérez Sendra, así como diferentes tesis y trabajos de fin de máster que tratan ese tema y que se pueden consultar en el repositorio institucional de la Universidad de Granada.

Para finalizar y fantaseando, ¿cuál sería ese conjunto de grafiti de ensueño que te gustaría investigar o, que ya estando investigado, te hubiera gustado haber investigado?

El conjunto que me gustaría investigar a fondo sería la Alhambra. Aunque he publicado algunos pequeños artículos sobre diferentes espacios a modo de «catas», el potencial de estudio que ofrece este conjunto monumental es de tal envergadura que requiere de un proyecto general y multidisciplinar para poder llevarlo a cabo. Así que quizás en un futuro espero que se puedan generar las sinergias necesarias para ejecutarlo.

Así sea. Sin duda, la Alhambra guarda todavía muchos tesoros que merecen la pena sacarse a la luz. Muchísimas gracias por compartirnos tus experiencias e impresiones. Ha sido muy grato conocer un poco mejor el lado humano de la investigación del grafito histórico, atisbar sus complejidades y entender, a través de tus comentarios personales, la función social de esta profesión, compartida con otros muchos colegas en el mundo, además de tomar conciencia del valor documental y patrimonial que tienen los grafitos de nuestros antepasados por insignificantes que parezcan al primer golpe de vista.

Gracias y ánimo con todo.


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