Pintadas de mayo en Torrenueva

Isabel Carrasco Castro

Editorial: Autopublicado
Año: 2023
Idioma: Castellano / Inglés

SINOPSIS DE LA AUTORA

Este libro es un catálogo de fotografías tomadas en la localidad de Torrenueva (Ciudad Real, España) entre 2018 y 2023. Las imágenes documentan una tradición única y original de graffiti al borde de la extinción, las llamadas «pintadas de mayo». En la noche del 30 de abril, que marca el inicio de las celebraciones populares de mayo, los jóvenes han salido a escribir en la fachada de la casa de una chica como prueba de interés y como excusa para entablar una conversación. El ritual ha evolucionado a lo largo de los años en términos de propósito, ubicación y medio y se puede analizar en la categoría de «graffiti de amor». Siempre no sancionadas y nunca totalmente aceptadas por el pueblo, las pintadas de mayo reflejan los cambios en la relación entre géneros, así como entre el pueblo y su idea del espacio público y su uso.

OPINIÓN

Isabel Carrasco nos ofrece, desde su conexión familiar con el pueblo manchego de Torrenueva, una práctica grafitera ligada con los cortejos o reclamos amorosos, con motivo del festejo de los mayos. Vista desde niña, acometió su registro y análisis entre 2018 y 2022, rescatando restos de entre los años 1997 y 2020, dando lugar a varios artículos y varias ponencias sobre el tema y este librito como complemento eminentemente visual de las anteriores contribuciones documentales.

Se trata de un estudio sin complejos, cargado de sentimiento, curiosidad científica y amor por la escritura popular y el grafiti, que combina la documentación a pie de calle, cara a cara, con la consulta de registros digitales, fotográficos o videográficos. Sin desmerecer el grueso documental, que es lo mejor, destaca el valor como fuentes de las cintas caseras, auténticos tesoros etnográficos, o de las tomas ofrecidas por Google Maps.

Sin duda, es un pasito más en el conocimiento del grafiti rural, tradicional, ibérico y universal. Un tesorillo documental que los años confirmarán como un acierto por permitirnos visualizar y apreciar una costumbre y tradición popular aún viva a su manera y, hasta debería decir, más allá de prejuicios, que permite reconocer la singularidad de Torrenueva y sus gentes. Ojalá los torreveños sientan orgullo por estas pintadas e, incluso, las cuiden y cultiven con arte y salero dentro de sus festejos de un modo que contente a todos. Solo hay que darle una vuelta al cómo o con qué hacerse esas expresiones visuales. Que los conflictos no coarten la manifestación de la buena voluntad.