GRAFITOS AMATORIOS POMPEYANOS


Grafitos amatorios pompeyanos

Enrique Montero Cartelle (introducciones, traducción y notas)


Editorial: Gredos
Año: 1990
Idioma: Castellano


SINOPSIS DE LA EDICIÓN 
(Amazon, recortada)

Este volumen reúne diversas composiciones de tipo erótico y jocoso, muchas de ellas subidas de tono, lo que explica su escasa o nula circulación incluso en lengua latina.

El denominador común de los textos y poemas de este volumen es el erotismo y el sexo, en un abanico de tonos que van desde un refinamiento sensual al exabrupto chocarrero, pasando por una saludable obscenidad jocosa y epigramática. No es de extrañar que buena parte de estos textos, aun dentro de su lengua original, hayan tenido poca difusión. Y aún menos que algunos, como los grafitos o los Priapeos, no hayan sido traducidos a nuestra lengua.
[...]
Los grafitos amatorios pompeyanos son una selección dentro de la temática erótica, de esas «pintadas» (unas diez mil) que la erupción del Vesubio del 79 ha conservado como testimonio de la vida cotidiana urbana en la Antigüedad, tanto en su espontaneidad como en su banalidad
.


OPINIÓN

La Editorial Gredos, cuyo esfuerzo por rescatar con rigor el patrimonio grecolatino no tiene precio, nos ofreció en 1981 una recopilación de grafitis de género amatorio y erótico, encontrados en Pompeya, Herculano y otras ciudades romanas en ámbitos íntimos. La introducción de Enrique Montero Cartelle es una excelente invitación a la compresión de una forma de expresión popular que alcanzó un notable desarrollo en la época. Sin perder en frescura y espontaneidad, el grafiti romano era un efecto más de la combinación de los impulsos vitales con una prolífica escolarización y culturización de la población, cuyo carácter prosaico y artístico entraba en diálogo con la alta literatura y el cuerpo de pensamiento sociorreligioso y político. El nivel de desarrollo y de participación del grafiti en la cultura romana no tiene nada que envidiar a nuestro presente. Dentro de sus coordenadas históricas y sus limitaciones técnicas es una página memorable de la historia de la cultura escrita popular.

Gracias a su estudio nos damos cuenta de lo que tenemos en común o de diferente con nuestros ancestros, sobre todo en cuanto a la sacralización de la sexualidad, el festejo de la vida, la tolerancia discursiva y el reconocimiento por sí mismo del ingenio o el arte como legitimador de la expresión espontánea. Sin duda, los umbrales de lo obsceno fluctúan en términos históricos según la ideología reinante. Pese a los rigores de la virtud patricia, como ética y expresión del poder, o su combinación con la posterior moralidad cristiana, como disciplina de la contención de las pasiones, el grafiti se había vivido como un medio normalizado de expresión propio del pueblo y el ciudadano, que reflejaba la existencia de una potente esfera personal ligada a lo social que legitimaba la manifestación gráfica íntima y pública dentro de una civilización letrada.

Es llamativo que el diálogo con la historia no nos sitúe en el mejor lugar en cuanto a capacidad de entender, matizar y tolerar la expresividad humana. La sombra del puritanismo en este silenciamiento social es alargada en un sistema como el nuestro, proclive a la perversión ideológica de la naturalidad humana y a la conducción interesada de su sofisticación cultural. No perdamos nunca la perspectiva histórica.


Comentarios