GRAFFITI DELA A A LA Z

Graffiti de la A a la Z

Cristian Campos (recopilador)


Editorial: Booqs, Amberes
Año: 2010
Idioma: Inglés / castellano / italiano / portugués


SINOPSIS

Este libro es un fascinante recorrido visual por las últimas tendencias, estilos y técnicas del arte urbano contemporáneo. Más de cuatrocientas fotografías a todo color muestran centenares de obras de ciudades como Tokio, y México D. F.


OPINIÓN


Con el boom del street art empezaron a salir libros como setas. La mayoría se centraba en retratar visualmente, sobre todo visualmente, la creatividad callejera que irrumpía en el espacio urbano. Pronto estás publicaciones se convirtieron en el oportuno regalo de cumpleaños o navideño para fans del tema y oportunas plataformas para la popularización de artistas de lo más variopinto y variopega del momento. Había que aprovechar el tirón para hacerse notar y para ganarse algún dinerillo de una forma sencilla, rápida y cool (o cuqui). Ahora bien, quien busque conocimiento en esta clase de libros que afloje las expectativas, pues se trata de objetos de consumo visual que apuestan, principalmente, por el deleite estético sin más.

En esta selección de fotografías, prevalece la fragmentación de la mirada creativa de la fotógrafa Itzel Valle frente al interés contextual y de catalogación de un documental (el libro es en sí mismo su documento). A través de su mirada subjetiva y anecdótica, nos sumergimos en el deleite de las formas, los colores o las texturas de los retazos cazados de esta efervescencia callejera. Un libro dirigido claramente a los amantes del precocinado y el procesado gráfico y, por supuesto, a los amantes de la gráfica urbana (tagging, sticking, cartelismo, imaginarios personales, plantillas, intervenciones...) que se conforman con que lo visto les agrade, les sorprenda, les confirme, les inspire, les levante el ánimo y les abra horizontes. Así que, aunque la menestra tenga de guarnición el correcto texto introductorio de Cristian Campos, no se lo recomiendo a aquellos que tengan paladares trabajados o exigentes, que busquen profundidad de campo o disfrutar de un plato sustancioso cuyo sabor traspase el iris de la banalidad.

Por cierto, el libro es tetralingüe, lo que expresa unas claras aspiraciones distributivas y deseos de rentabilizar al máximo la inversión de su producción en una única edición, y eso que no podía tener un título menos atractivo, más propio de una carta de menú que del diccionario de bolsillo que aparenta. Bueno, nadie dijo que el alfa y el omega de la creación tuviese que contentar a todos. Lo imprescindible es que tenga una tapa que abra y una tapa que cierre a cada lado del lomo.

Para cerrar, comentaré que, con tanta reivindicación de derechos de autor y permisos de reproducción que se da en la actualidad para todo, un libro de este estilo cada vez resulta más complejo de producir y su abordaje parece más propio de gestores que de creadores. Esta pauta está relegando la comisión de esta clase de proyectos editoriales netamente comerciales, fundamentalmente, a los grandes grupos editoriales por su capacidad gestora.


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